Cuando se nos pregunta a los nicaragüenses, hombres y mujeres, cuál es nuestro principal problema, respondemos sin dudarlo, que es el desempleo. Y así ha sido durante años. El régimen actual, ha sido incapaz de solventar las necesidades de empleo digno de miles y miles de jóvenes que cada año salen al mercado de trabajo.
Nicaragua es un país con riquezas y un enorme potencial. Sabemos que es posible impulsar un desarrollo sostenible, un progreso integral, democrático, ecológico, con inclusión social y que podemos construirlo creando riquezas y bienestar que nos alcancen a todos y todas; que saque a centenares de miles de nicaragüenses de la pobreza y mejore la condición de vida en todo el país.
Para lograr un desarrollo integral se requiere de la participación de cada nicaragüense, con iniciativa y creatividad en la vida económica del país. Y también se requiere de una estrategia de progreso integral que unifique el esfuerzo común para el desarrollo del país.
Sabemos que es imprescindible un gobierno honrado, transparente, democrático, que cumpla con su trabajo de regular, sin estorbar; que actúe para contribuir, no para perseguir; que simplifique los procesos, no que los complique para favorecer la corrupción; que sea responsable y eficaz, no venal e ineficiente; que promueva la participación de los pequeños y medianos productores y empresarios, que asegure los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Ninguna de esas condiciones cumple el régimen actual plagado de corrupción, autoritario y enemigo de la participación, que no estimula a trabajar e invertir, que amenaza con la expropiación a miles de campesinos, que organiza tomas de propiedades, que no garantiza condiciones para la inversión, pues en el país, la justicia se vende al mejor postor.
Es posible progresar si cambiamos este gobierno ilegítimo e ilegal, uniendo esfuerzos para engrandecer Nicaragua.
Fotografía tomada de J.Flores, La Prensa.
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