Por Dora María Téllez.
Investigar la actuación del sistema de salud es imprescindible para que haya justicia.
¿Cómo confiar en un sistema de salud, acusado por familiares de los asesinados, de haber negado atención a sus hijos y parientes?.
En estas condiciones y dado su silencio, la ministra de Salud, Sonia Castro, debe ser investigada por negligencia o complicidad en el asesinato de jóvenes en diversos departamentos del país.
¿Quién dio la orden en el sistema de salud para que médicos y otro personal rechazaran y hasta sacaran a la calle a heridos de bala causados por los motorizados y los policías, bajo órdenes de Ortega?
¿Quién dio la orden en el sistema de salud para que escondieran cadáveres y los trasegaran a puerta cerrada para que el país no se entere de cuántos y quiénes son los asesinados?
¿Quién dio la orden para que jóvenes heridos se mantengan encerrados en salas de hospitales, para esconder la responsabilidad criminal de quienes dispararon?
¿Quiénes han sido los que se han negado a atender a personas heridas?
Así como fue rechazado y hasta objeto de burla, el adolescente Álvaro Conrado en el hospital Cruz Azul, así han sido denunciados los hospitales Manolo Morales, Lenin Fonseca, el hospital Alemán de Managua y el hospital Óscar Danilo Rosales de León.
Esa es una conducta criminal, penada por las leyes nicaragüenses, y además constituye la más grave falta de ética profesional en unidades de salud, administradas por el MINSA y por SERMESA, como lo es Cruz Azul.
¡La demanda de justicia debe alcanzar al sistema de salud!
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