Entrevista con Juan Daniel Treminio para COYUNTURA:
Suyen Barahona, inspirada en la participación política, llegó a convertirse en la Presidenta del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), partido que sigue en demanda de su personalidad jurídica arrebatada en el 2008, pero que ahora se encamina a marcar un hito en la historia política nacional al pretender rediseñar sus siglas como parte una nueva identidad.
Barahona, quien fue electa en el 2017 para un período de cinco años, revela en esta entrevista a profundidad los detalles de lo que pretenden hacer en la convención extraordinaria que se llevará a cabo durante la última semana de octubre próximo. Además, valora y comenta la propuesta que les hace diferente al resto de organizaciones del país, el contexto de la unidad, el futuro de la Coalición actual y sus previsiones al finalizar el 2020.
¿Qué hace el MRS? ¿Por dónde andan?
«Estamos en los preparativos de lo que será nuestra novena convención desde 1995. Dos años y medio antes de lo que corresponde. Según los Estatutos del partido la convención se convoca cada cinco años, siendo la última en el 2017. Es una convención extraordinaria que tiene como fin abordar tres puntos principales«.
¿Qué les motivó a convocar a dicha convención?
«La insurrección de abril, las rupturas y los cambios profundos que se han dado en el país, y que nos han transformado a todos. Nosotros hemos tenido una vocación de escuchar y estar abiertos a los cambios para que el partido se logre permear de las demandas de la sociedad. Desde su fundación ha sido un partido que ha planteado el estar cerca de la gente y dedicarse a resolver los problemas. La membresía ha considerado que era necesario el poder convocar para ver tres puntos de agenda. Desde luego es una oportunidad para poder dar a conocer las propuestas que teníamos antes
de abril y poder desmontar muchísimos prejuicios que hay alrededor del MRS, sobre todo en el tema de justicia«.
¿Cuáles son esos tres puntos y qué relevancias tienen?
«El primero es sobre el tema de la identidad del MRS, su nombre y sus símbolos. Éste es un tema profundo y trascendental para este partido. El segundo punto de agenda es revisar nuestro programa «Construyendo Esperanzas» aprobado en el 2017, que son nuestros planteamientos y compromisos para Nicaragua. A raíz de la insurrección de abril surgen más demandas y muchísimos cambios que tienen que ocurrir y que no estaban en nuestro programa, y la membresía solicitó que incluyamos las demandas de abril. El tercer punto es reiterar nuestro compromiso con la lucha por la democratización de este país y nuestro trabajo en unidad con otros esfuerzos para lograr la salida de la dictadura».
¿Cómo surgió la idea del cambio de identidad?
«Ha sido una discusión que ha surgido desde el año pasado donde hemos trabajado no solo con la membresía sino con otros aliados, con gente con la que hemos estado en la lucha, y escuchamos sus planteamientos de los cambios que consideran que el partido debe asumir, y se hizo todo un FODA. Después de la discusión y el debate se hace la convocatoria a la convención. Lo del nombre y los símbolos ha sido una mezcla de escuchar las voces que están fuera del MRS y principalmente la de nuestra membresía».
¿Qué ideas recopilaron en la valoración de las voces externas?
«Parte de lo que algunas voces externas plantean es que el nombre no necesariamente refleja quiénes somos en el MRS; otros plantean que la palabra sandinista en nuestro nombre es una barrera para la participación en este partido. Hay un segmento en la población que no logra distinguir la diferencia entre sandinismo y orteguismo, y el sandinismo está equiparado con las prácticas del orteguismo; violencia, corrupción, dictadura y crímenes. Ese es un planteamiento de un segmento de nuestros afiliados».
¿La decisión de cambiar la identidad es sólida?
«Está puesta en la agenda principalmente porque la diversidad de nuestra membresía exigió y demandó que estuviera en la agenda, porque igual plantean que el MRS es un partido que inicialmente fue conformado por gente que tenía una vinculación al Frente Sandinista y que decidió romper absolutamente con ello y fundar un partido que tuviese un compromiso absoluto con la democracia y con la justicia social; es un partido completamente diferente. La misión de quienes lo fundaron nunca fue renovar el sandinismo y hay mucha mala interpretación sobre las siglas y el nombre«.
¿Cuál era el objetivo de lo renovador?
«El tema de lo renovador tiene que ver con la intención de innovar, de transformar las formas de hacer política, y no se pretendía renovar al Frente; si esa hubiese sido la intención se hubieran quedado. Hay una membresía que viene del sandinismo y hay otro montón de miembros que no habían nacido en los 80. Hay una membresía que siente que el nombre no refleja lo diversos que somos y que hay que repensarlo de tal manera que demuestre la diversidad y nuestro compromiso con la democracia«.
¿Solo aprobarán el cambio de identidad o ahí mismo se da a conocer la nueva imagen?
«Se está en eso. En este proceso previo se hizo una primera encuesta entre la membresía, entre alrededor de 230 miembros y afiliados, y el 80% considera que hay que hacerle un cambio al nombre y hasta el momento la propuesta es lograr consensuar un nuevo nombre y un nuevo símbolo. Para aprobar ese cambio tiene que haber dos tercios de los afiliados a favor».
¿El 80% de sus afiliados quiere cambiar el nombre?
«Esa no es una encuesta vinculante porque no es en el marco de los convencionales a quienes les toca la decisión, pero te marca una tendencia bastante clara, porque ese 80% ha considerado una necesidad de cambio y esa es una realidad».
¿Cambiarán, además del nombre, los colores y vectores de su identidad?
«A raíz de la encuesta a lo interno han empezado una lluvia de ideas (ríe) de cómo nos vemos, de todos los cambios, de los símbolos y el nombre que nos representaría mejor frente a la población, y desde que hemos anunciado lo de la novena convención nos escriben desde afuera planteando ideas, nombres y todo lo demás. Con eso reconocen que hemos estado en las luchas sociales y que somos oposición. Nos plantean que ha sido un paso en la dirección correcta. Hay quienes quieren que continúe el color naranja porque ha significado esperanza, energías, fuerzas. El otro debate es por el cambio total del nombre o si solo vamos a quitar la «S»; pero estamos en eso».
En sus propuestas de partido, ¿qué les hace diferente del resto de organizaciones políticas?
«Verdad, memoria y justicia. Nosotros desde el 2017 hemos abordado la necesidad de trabajar las profundas heridas que hay en este país debido a todos los conflictos armados que han habido en el pasado y debido a la cultura de impunidad que ha persistido y que además ha sido la causante de que nuevamente estemos en este ciclo de dictadura. Hemos establecido en nuestro programa la necesidad de una Comisión de la Verdad que pudiera ayudar a esclarecer los crímenes cometidos desde la dictadura de Somoza hasta nuestros tiempos. Para eso es necesario contar con el apoyo de organismos e instancias internacionales, para así lograr verdad y justicia».
¿Se ha notado la ausencia de Dora María?
«Ella es una miembro del MRS, pero ya no está en la Comisión Ejecutiva del partido. Obviamente es una miembro fundadora y es relevante y todo lo demás, pero parte de la campaña en contra del MRS es querer mostrar un partido quizá como lo son otros, que la figura es una sola persona y aquí no es así. Aquí hay un liderazgo democrático, colectivo, en donde ella tiene una voz, por supuesto, pero lo cierto es que quienes tomamos las decisiones somos un colectivo amplio, los afiliados. Fundadores y no fundadores tienen los mismos derechos».
¿Siguen trabajando desde la UNAB?
«Hemos estado dedicados a sumar a otros, y sumarnos a los esfuerzos de unidad. Desde el 2018 nosotros somos parte e impulsores de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB). Estamos como MRS y hemos apostado a todos los esfuerzos de unidad en múltiples iniciativas anteriores, como la Coalición Nacional por la Democracia en el 2015, en donde estuvimos con los que ahora se llaman CxL, que antes se llamaban PLI. Como MRS hemos hecho todos los esfuerzos posibles para la unidad a pesar de todas las campañas sucias que desarrollan nuestros adversarios, pero eso no nos desconcentra de lo que nos interesa, que es la salida de Daniel Ortega y Rosario Murillo».
¿La Coalición del 2015 fue una buena o una mala experiencia?
«Todas las coaliciones son difíciles, yo insisto en ello, sobre todo cuando nos desanimamos frente a la situación de las coaliciones actuales. Es difícil. Tenemos a un dictador montado porque hay una cultura antidemocrática que se desarrolla en todos los niveles y en todos los espacios, que es gestadora de caudillos, dictadores y de todo lo demás. No es nada fácil el que haya tolerancia entre nosotros los nicaragüenses; no es nada fácil construir los procesos de unidad. Planteo la idea de que nos necesitamos todos, cada parte que anda dispersa, para poder hacerle frente a esta dictadura. No nos queremos para andar jalando, ni para casarnos, nos queremos para lograr un propósito«.
¿Tiene futuro la actual Coalición?
«Nosotros hemos compartido con la UNAB la decisión que han tomado de apostar a un esfuerzo de unidad diverso; ese ha sido el empuje, que haya un espacio que logre ser lo más amplio posible y en donde se comparta el objetivo de desmontar la dictadura y consensuar los puntos torales para una Nicaragua pos-Ortega. Respaldamos el esfuerzo de la UNAB en búsqueda de tener alianzas con entidades diversas, sin embargo, creo que es un grave error quienes estén apostando a generar otros bloques de oposición. El ir divididos solo favorece a la dictadura. A pesar de las diferencias hay que hacer todos los esfuerzos».
¿Cuál será la COYUNTURA del país al finalizar el año?
«Con un dolor profundo y un agravamiento de la crisis producto de los criminales que están en el poder. Según las estadísticas se prevee que de 100 personas al menos 37 están sobreviviendo con C$70 córdobas, o menos. El salario mínimo ya no da para la canasta básica, con una energía eléctrica carísima por el aumento del 18%, el desempleo, el cierre de pequeñas y medianas empresas, la ciudadanía está en abandono frente a la crisis de la Covid-19. Tenemos que abocarnos para lograr su salida porque no hay futuro ni progreso con Daniel y Rosario en el poder. Lo único que recetan es muerte, cárcel, desempleo y pobreza. La lucha diaria es para que terminemos el año con una oposición mucho más cohesionada y preparada para el desmantelamiento de esta dictadura».
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