El 18 de junio se vence el plazo para la liberación total e incondicional de las presas y presos políticos, conforme el compromiso adquirido por el régimen de Ortega con el Secretario General de la OEA y firmado con la Alianza Cívica el 20 de marzo de este año.
Conforme su naturaleza mentirosa y manipuladora, el régimen ha estado cambiando el concepto de su compromiso, hablando ahora de excarcelación de presos y no de liberación total e incondicional. Con ello, lo que pretende es engañar a la opinión pública internacional, a la vez que mantiene a los presos excarcelados en condición de rehenes, sometidos a asedio, hostigamiento y amenazas constantes como lo están en sus vecindarios.
Hasta ahora, Ortega ha incumplido los acuerdos suscritos de liberación de presos políticos, de restablecimiento de las libertades ciudadanas de movilización y expresión, la devolución de las personerías jurídicas de las organizaciones no gubernamentales a quienes se les arrebató, el cese de las propiedades tomadas y ocupadas ilegalmente, el retorno seguro de exiliados, la entrega de materiales para la impresión de los periódicos La Prensa y El Nuevo Diario y el cese de la represión.
Para la dictadura, el diálogo antes y la mesa de negociaciones actualmente suspendida, han sido útiles para tratar de ganar tiempo. Frente a eso, solo cabe la continuidad e incremento de la resistencia y las sanciones internacionales, incluyendo la aplicación de la Carta Democrática Interamericana al régimen de la familia Ortega Murillo.
Imagen tomada del periódico La Prensa
Comments are closed.